Dentro de una mansión, vestíbulo enorme, circular, puertas cerradas y oscuras me rodean. Hay también dos escaleras que ascienden y convergen en el centro. En penumbra. Me siento sola y pequeña ahí. Miro hacia arriba y la veo, observándome, quieta . No distingo bien su rostro pero se que la conozco. Algo brilla y me doy cuenta de que tiene dos extrañas e inmensas alas de mariposa. Estamos todos prisioneros. Su voz es clara. Mis pies están pegados al suelo, y no puedo moverme, siento frío, mucho mucho frío. . Y ahí me despierto, de golpe. Una sensación intensa de inquietud me acompañó un buen rato, también el frío.
Mmmm, cuanto material ..., me dirá alguien que conozco, y es cierto, porque todos y cada uno de los elementos que aparecen en mi sueño soy yo.
De momento, como es mi jaula interior y de que están hechos sus barrotes en este momento de mi vida, es la pregunta que se extiende a lo largo y a lo ancho de mi.
¿Cómo es la tuya?