Sin embargo siempre sucede algo, siempre aparece una senal de que el cuento que nos contamos se acabo. No es colorin colorado, se acerca mas a erase una vez pero tampoco, si promete un nuevo comienzo, un cambio de ruta, un viraje fortuito, consciente si nos atrevemos a escuchar, si nos comprometemos a mirar.
Durante un tiempo no se vislumbran que perdices felizmente comer, tampoco hay garantias del para siempre porque ya se aprendio que todo es cambio y movimiento. Y uno por fin se da cuenta de que esas perdices que le vendieron tal vez estaban podridas o que simplemente no le gustaron jamas. Es en ese instante que uno puede elegir libremente cual es el alimento que quiere y necesita a partir de ahora; aqui y ahora. Y eso no tiene precio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario