lunes, 16 de julio de 2012

Despedidas

La muerte nos acerca. De repente, con personas a las que ves  a diario y te saludas sin más (como se dice por aquí), necesitas tocarte, abrazarte y compartir casi sin palabras la desazón  y la tristeza que te deja perder a un compañero.

El era un hombre bueno. Yo siempre le insistía en que tenia que hacer emerger ese punto confrontativo que a veces  es tan necesario y del que él no gastaba. Atrévete a ser un poquito malo le decía; el me sonreía y que si, que si, que lo iba a  intentar..., pero ay! como me cuesta..

Y yo erre que erre, que no podemos complacer siempre, que la impotencia es el cansancio de no ser quienes somos, que el reto es diferenciar  la empatia y la compasión de  asumir la responsabilidad del otro...., y dale que dale. 

El era todo ternura y calidez. Solícito, comprensivo y amable. Perfecto y precioso tal cual. Y creo que eso nunca se lo dije lo suficiente, y esto hoy me entristece tanto....

Por eso la muerte nos pone a cada uno en nuestro sitio y  ubica con katana  en  lo que es de verdad relevante  en la vida.

Gracias J. Te llevo en el corazón.


No hay comentarios:

Publicar un comentario